Un seguro de perro constituye una herramienta de protección fundamental, ofreciendo seguridad tanto a la mascota como a su propietario frente a imprevistos. Este tipo de póliza generalmente incluye responsabilidad civil, que cubre los daños o perjuicios que el animal pueda ocasionar a terceros, y asistencia veterinaria, protegiendo frente a accidentes o enfermedades cuyos costes de urgencia pueden superar 1.000 € en clínicas especializadas.
Las modalidades más completas amplían la cobertura con indemnización por robo o pérdida, gastos de publicidad para su búsqueda y estancia en residencias caninas cuando el propietario no puede atender temporalmente al animal. Algunas aseguradoras ofrecen además orientación veterinaria telefónica y cobertura internacional, siendo especialmente útiles para quienes viajan con sus mascotas. De este modo, un seguro para perros no solo protege la salud y bienestar del animal, sino que también garantiza la tranquilidad económica y emocional de la familia ante cualquier situación inesperada.







