El precio de un seguro de salud en España varía en función de distintos factores que influyen directamente en el riesgo y la cobertura contratada. Entre los elementos más determinantes destacan la edad del asegurado, su estado de salud, el tipo de póliza médica elegida y la existencia o no de copagos. Por lo general, las personas jóvenes pagan cuotas más bajas debido a su menor probabilidad de requerir tratamientos continuos, mientras que las tarifas se incrementan de forma progresiva con la edad, especialmente a partir de los 50 años, cuando las aseguradoras estiman un mayor riesgo sanitario.
Las pólizas básicas, que incluyen coberturas limitadas y atención ambulatoria, se sitúan entre las opciones más económicas del mercado, con precios que pueden rondar los 25 a 40 euros mensuales. En cambio, los seguros médicos completos, que ofrecen acceso a hospitalización, urgencias, especialistas, pruebas diagnósticas y tratamientos avanzados, alcanzan precios más elevados, generalmente entre 50 y 120 euros al mes, dependiendo de la compañía y del nivel de servicios incluidos. Este tipo de pólizas, aunque más costosas, proporcionan una atención más integral y reducen los gastos imprevistos en caso de enfermedad o accidente.
Un aspecto esencial a considerar es la revisión anual de las primas, una práctica habitual en el sector asegurador español. Las compañías ajustan los precios en función de la inflación médica, el incremento de los costes hospitalarios y la evolución sanitaria del asegurado. De media, las primas experimentan una subida anual de entre 5 % y 10 %, lo que significa que una póliza de 50 € mensuales podría aumentar hasta 55 € al año siguiente. Estos ajustes pueden variar según la antigüedad del contrato, el tipo de cobertura y las políticas internas de cada aseguradora.









